En el mercado de coches de rallyes de segunda mano ha aparecido una auténtica rareza. Nada menos que una de las pocas unidades construidas del Mitsubishi Mirage R5, el R5/Rally2 ‘apócrifo’. Se trata de una unidad que ha estado corriendo en Chile desde 2018 hasta el pasado 2021. Primero lo pilotó Luis Ignacio Rosselot, pasando a manos de Emilio Rosselot y después a Gerardo Rosselot.

El Mirage R5 apareció como un misterio en el verano de 2014, un coche no desarrollado por Mitsubishi sino por la empresa sueca Mpart AB. Basado en el corto Mitsubishi Space Star (nombre que recibe en España), se trata de un coche que cumple con toda la normativa Rally2 FIA. No obstante, al no contar con el crucial apoyo del fabricante para su homologación, no recibió el beneplácito para competir en pruebas FIA. El Proton Iriz R5, por ejemplo, también comenzó de esta manera desarrollado de manera independiente. La diferencia radica en que sí recibió el visto bueno de Proton y acabó siendo homologado. No fue el caso del Mirage R5 de Mpart.

Aún así, estos coches fueron homologados por parte de respectivas federaciones para correr en campeonatos nacionales. Es un caso similar al de los N5 en España, Italia o Finlandia o los AP4 en Oceanía, salvando las diferencias al no ser estas categorías FIA. Primero fue Suecia la que permitió el uso de ‘su’ Mirage R5 en el campeonato sueco. Más tarde le seguiría Gran Bretaña, contando además con un importador oficial para este modelo, Spencer Sport. Es así como aparecieron los Mirage R5, corriendo a nivel nacional, en las listas de inscritos de los rallyes de Suecia y Gales del Mundial de Rallyes.

En el caso de Chile es diferente, ya que fue la propia filial chilena de Mitsubishi la que impulsó la inclusión del Mirage R5 en el campeonato. En Chile, al contrario que en otros lares de Sudamérica, se compite con coches FIA. Mitsubishi, además, es uno de los patrocinadores principales del RallyMobil, el campeonato chileno. Esta unidad, la que ha recibido el apoyo de la filial, es la que se encuentra en venta. Más información a través de este enlace.

A pesar de ser un coche ‘apócrifo’, más de una quincena de unidades se han llegado a producir desde su aparición. Su punto fuerte es, gracias a su corta batalla, lo ágil que puede llegar a ser. Esto ha demostrado ser una ventaja sobre todo en su Suecia natal, un arma efectiva en rallyes de nieve. No obstante, en términos de potencia bruta se queda algo corto con los Rally2 más desarrollados.

Foto: RallyMobil