Rusia refuerza su legislación anti-LGBTI en su lucha contra la "cultura occidental"

"Prohibida la promoción de relaciones sexuales no tradicionales". El Parlamento ruso aprobó este jueves 24 de noviembre un proyecto de ley que amplía la prohibición de la llamada "propaganda LGBTI".

La medida representa un endurecimiento de una ley vigente de 2013, que tipifica como delito informar a los niños sobre ser LGBTI. "También se ha introducido una prohibición a la promoción de la pedofilia y el cambio de sexo", informó la Duma del Estado -o Cámara Baja de Rusia- en un comunicado, tras adoptar la ley en tercera y última lectura.

Multas considerables

Según el nuevo texto, que aún necesita la aprobación de la Cámara Alta del Parlamento y la del Presidente Vladimir Putin, cualquier acción o información que se considere un intento de promover la homosexualidad -ya sea en público, en línea o en películas, libros o publicidad- podría incurrir en una fuerte multa.

Y éstas alcanzan hasta 400.000 rublos (6.600 dólares) para personas físicas, y hasta 5 millones de rublos (82.100 dólares) para personas jurídicas. Los extranjeros por su parte podrían enfrentarse a 15 días de arresto y posterior expulsión.

Así mismo, la ley establece la prohibición de emitir un certificado de distribución a cualquier película que contenga materiales que promuevan relaciones y preferencias sexuales "no tradicionales". "La gente -autores, editores, simplemente personas- se lo pensará dos veces antes de mencionar cualquier cosa relacionada con el colectivo LGBTI", declaró en reacción la politóloga Ekaterina Schulmann en una entrevista desde Alemania.

Los antecedentes legislativos que aumentan el clima de miedo en la comunidad LGBTI

Anteriormente, sólo se prohibía la promoción de estilos de vida LGBTI dirigida a los niños. Pero el nuevo proyecto también prohíbe la "demostración" de comportamientos LGBTI a los niños, y amplía su alcance a la reasignación de género.

Por lo que asociaciones LGBTIQ+ y organizaciones de defensa de los derechos humanos como Amnistía Internacional señalaron que la legislación enmendada aumentará la homofobia con el permiso del Estado ruso, y que alcanzará un nivel completamente nuevo.

"El nuevo proyecto de ley de 'propaganda gay' no solo priva descaradamente a las personas LGBTI de su derecho a la libertad de expresión y respalda su discriminación, sino que probablemente también dará lugar a un aumento de los ataques violentos y otros delitos motivados por el odio contra ellas", sostuvo la directora para Europa del Este y Asia Central de Amnistía Internacional, Marie Struthers.

En otra preocupación, los expertos jurídicos afirmaron también que la imprecisión del lenguaje del proyecto da margen para que los encargados de hacer cumplir la ley lo interpreten tan ampliamente como deseen, dejando a los miembros de la comunidad LGBTI en un estado de incertidumbre aún mayor.

Por ejemplo, Kseniya Mikhailova, del grupo de apoyo al colectivo LGBTI Vykhod ("Salir del armario"), dijo que los besos entre personas del mismo sexo en público podrían considerarse una infracción. Agregó que las parejas del mismo sexo empezarían a temer que les quitaran a sus hijos, alegando que les estaban demostrando un estilo de vida LGBTI.

Y es que las autoridades ya han utilizado la ley vigente para impedir las marchas del orgullo gay y detener a activistas de los derechos de los homosexuales. Rusia ocupa de hecho el puesto 46 de 49 países europeos en cuanto a la inclusión del colectivo LGBTIQ+, según el organismo de control ILGA-Europa. 

Una guerra ideológica contra Occidente

Por su parte, los 400 diputados que participaron en su redacción, ven la ley como una "solución que protegerá a nuestros niños, el futuro del país, de la oscuridad que se extiende por Estados Unidos y los Estados europeos".

Esa retórica sigue a la del presidente ruso, que ha hecho de la lucha contra los homosexuales una piedra angular de su agenda interna. En un discurso pronunciado a finales de octubre en Moscú, Putin arremetió contra la cultura occidental: "Occidente puede hacer lo que quiera con los desfiles de homosexuales, pero no debe dictar las mismas reglas para Rusia".

El ex agente del KGB (la principal agencia de seguridad de la extinta Unión Soviética) ha tratado en numerosas ocasiones de asociar su régimen con lo que considera "éxitos de la era soviética", reprimiendo más y más los derechos y libertades conseguidos tras la desintegración de la URSS.

La respuesta de la Unión Europea

La Unión Europea lamentó este jueves esas nuevas medidas represivas, considerando que "estos cambios legislativos alimentan la homofobia y profundizan aún más la dura represión de cualquier discurso crítico y alternativo en el contexto de la guerra de agresión ilegal, no provocada e injustificada de Rusia contra Ucrania, que la UE sigue condenando en los términos más enérgicos posibles", señaló el portavoz.

"La Unión Europea se solidariza con los ciudadanos rusos a los que se les impide ejercer sus derechos humanos", añadieron desde la Unión.

Con EFE, AFP, Reuters y medios locales